De la Vega se atreve a sentenciar ahora sobre los terroristas: "su único final es la cárcel, vamos a por ellos"
Es increíble y es cierto. ¿Se puede hablar del fin de la era de la crispación?, le preguntan a Zapatero. "Algo ha cambiado", responde. ¿Quién ha cambiado, el Gobierno o la oposición? Zapatero no responde. Aunque sonríe son esa sonrisa de "menudea faena me estás haciendo". Se escapa contestando otras preguntas, pero no ésta, que es clave.Porque "algo ha cambiado" en materia antiterrorista. Zapatero ha pasado de llamar a Otegui "hombre de paz", de vender informes de verificación inexistentes, de negociar con ETA tras el atentado de la T4, del "tenemos que intentarlo para salvar vidas" al "nunca, jamás, conseguirán sus objetivos políticos". Las declaraciones ahora son de una contundencia desconocida. "Su único final es la cárcel, vamos a por ellos", dice De la Vega. "La mejor manera de permanecer en la cárcel el engrosar las listas de ETA", añade el ministro Rubalcaba.
Un cambio en toda regla. Sólo queda una duda: ¿Por qué Zapatero no quiso firmar un papel? ¿Por qué no quiere hablar de una reedición del Pacto Antiterrorista? El presidente dice que es suficiente "con la palabra, el acuerdo, el compromiso y el intercambio de información". Rajoy le cree. Dice que está convencido de que Zapatero ha cambiado. Pero no conviene olvidar que fue el mismo Zapatero quien señaló que los populares no eran confiables. De esta manera justificaba dejarles a oscuras. ¿No sería mejor que las cosas estuvieran negro sobre blanco? No sé cuántos españoles le comprarían un coche usado al presidente.
Por lo demás, parece que se ha implantado la era de la restauración. Buerollismo versallesco y ahora tú y luego yo. Rajoy no aporta novedad, asume los planteamientos de la socialdemocracia y espera a que Zapatero caiga para llegar a la Moncloa. Cánovas, Sagasti. Sagasti, Canovas. Sin novedad en la Moncloa. Un aburrimiento. Porque es verdad que hay cuestiones de Estado que deben de quedar fuera de la discusión. Pero Rajoy no ha hecho sangre de casi nada esencial.
En la cita presidencial no se habló de la cuestión territorial ni de la financiación autonómica. ¿No se atreve a enfrentarse a sus ‘barones' que ya hablan de ‘Madrid' como problema igualito que si fueran catalanistas? Por no discutir, D. Mariano no le discutió ni siquiera que Zapatero pusiera en duda que el Supremo fuera el órgano máximo. ¿Da el plácet el PP a que los superiores de Justicia se conviertan en Supremo en sus respectivas CCAA? Muy peligroso.