Y en tercer lugar, lo único que desea es hacerse con Admira, el grupo de medios de Telefónica y a bajo precio. Miren ustedes por donde, durante la última convención de directivos de Bertelsmann-España, celebrada en Barcelona, participó como invitado Luis Blasco, presidente de A-3 TV, agasajado por los alemanes (y mira que es difícil que un alemán agasaje). El grupo germano, uno de los portavoces del laicismo mundial, atraviesa una fuerte crisis (la cual han pagado muchos de sus trabajadores en España) pero no está dispuesto a quedarse sin el mercado hispano hablante de la información, la producción audiovisual, la música y el negocio editorial. Lo malo es que sólo agasaja a quien le interesa. En cualquier caso, Admira no debe ser vendido a Bertelsmann. España también necesita de grandes operadores.

Por lo demás, no parece el mejor momento para crear ningún foro hispano-alemán. La crisis germana está sirviendo para que muchas empresas de aquel país se ceben con España, como es el caso de Volkswagen con SEAT.