El Gobierno, hay que reconocerlo, tampoco ha cedido a la hora de levantar las condiciones impuestas, especialmente la más sencilla y dura de todas: que no se elevaran las tarifas a los abonados durante un periodo de cuatro años. Polanco amenaza con ir a los Tribunales, pero ese es un camino muy largo. No, el truco que plantea Polanco, para intentar que la plataforma resultante sea rentable antes de 2006 (fecha en la que sus directivos fechan la obtención de beneficios) hace relación al paquete básico ¿Dónde está la trampa?
Pues, simplemente, en que el paquete básico sea cada vez más básico, y cobrar tarifas variables por canales o eventos de gran tirón. Ahora mismo, el consumidor medio de Vía Digital y Canal Satélite se gasta entre 40 y 77 euros al mes. Se trata de orillar las órdenes del Gobierno jugando con la oferta. Lo cual resulta peligroso, no sólo porque se enfade el Gobierno, sino porque se enfaden los abonados. Y hay una pregunta que se hacen tanto en Telefónica como en Canal Satélite: ¿por qué programas de TV está dispuesto a pagar el español? Y nadie ha dado con la respuesta.
Afirma el presidente de Telefónica que la fusión beneficiará al usuario: Mentira. Afirma que beneficiará a la industria audiovisual española: Falso, es una industria que se entrega a Polanco, al mayor enemigo de quien le nombró.