Entre inversión y pérdidas de explotación acumuladas, el parque temático que la Warner tiene en Madrid ha supuesto pérdidas por cerca de 400 millones de euros en poco más de dos años. Además, el entonces presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, firmó un contrato con la Warner verdaderamente leonino y favorable a los intereses de la multinacional norteamericana.

 

Gallardón le dejó este regalo envenenado a su compañera de partido y, sin embargo, enemiga acérrima, Esperanza Aguirre, que se mesa los cabellos todas las mañanas con tan considerable castaña financiera. La única solución que se le ocurre a Aguirre consiste en convertir la zona del parque en una gran promoción inmobiliaria, porque lo cierto es que el resultado de explotación no mejora y lo cierto es que a la Warner el negocio de los parques temáticos le importa más bien poco e intenta continuamente salirse de él.