La oposición al caudillo venezolano Hugo Chávez teme que éste propicie un pucherazo electoral en el plebiscito, en principio previsto para el 6 de agosto y ahora retrasado al 15. Se da la circunstancia de que ese día se cumple el ecuador de su mandato, límite legal para realizar un referéndum de revocación. El régimen de Chávez considera que puede obtener en las urnas entre un 30% y un 40% de los votos. Por eso, la oposición al semi-dictador teme que Chávez convierta, en el último momento, el plebiscito en unas elecciones generales, donde ese porcentaje de votos significaría, muy probablemente, la victoria.

 

Pero se trate de comicios o de plebiscito, hay otra cuestión de la que están pendientes todos los estamentos públicos venezolanos, y es si la votación se hará de forma manual o electrónica. Para ser justos, hay que recordar que Chávez llegó de forma democrática al poder gracias, precisamente, al voto electrónico e impidió el pucherazo secular de los partidos tradicionales venezolanos. El voto electrónico puede manipularse pero tiene que ser con la connivencia de la empresa organizadora.