Sr. Director:
Hace décadas que occidente ostenta orgulloso su libertad en todos los ámbitos: desde la sexual a la de expresión, pasando por la religiosa, aunque últimamente los crucifijos tiendan a caerse de las paredes.

Pero los pujantes Emiratos Árabes, ajenos a la Alianza de las Civilizaciones, amonestan a los extranjeros que fornican en sus playas, hacen top less, se exhiben medio desnudos en los centros comerciales, o entran drogas (un 37% más que el año anterior) por las aduanas. Los musulmanes se quejan de la falta de respeto a sus tradiciones y piden el cumplimiento de un código de conducta so pena de sanción. Y aunque ellos tampoco permiten la práctica de otras religiones, saben que la decadencia moral de occidente ha comenzado por la mujer.

Borradas en demasiadas de ellas, la moral natural de sus conciencias, se han socavando irreversiblemente las estructuras sociales que tienen su fundamento en la familia: infidelidad, mentalidad antinatalista, aborto o divorcio imparables son algunos de sus amargos frutos. Y todo empezó por el bikini.

Eva N. Ferraz

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