Uno aspiraba a ministro; el otro, a rentabilizar sus relaciones políticas en la empresa privada

En la última rueda de prensa, el secretario de Estado de Economía se despidió afirmando que había sido un honor participar en el Ejecutivo Zapatero. Vamos, que esperaba ser nombrado ministro, por ejemplo, de Ciencia y Tecnología. Cumplía la cuota catalana, aunque Zapatero considera que Vegara es un hombre Solbes. Y ya se sabe que a D. Pedro hay que atarle en corto.
Pues bien, Vegara se queda en la secretaría de Estado de Economía. Al menos lo que dure el Gobierno, que parece que no será más de dos años. Y eso a pesar de sus pretensiones ministeriales y a pesar de que Vegara se muestra muy incómodo con un puesto que le obliga a estar frente a los medios muchas más veces de las que quisiera.

El otro afectado es Paco Ros, secretario de Estado de Telecomunicaciones. Un profesional que provenía de Telefónica y que tenía un compromiso con Zapatero de una legislatura. Pasados los cuatro años, Ros pretendía regresar a la empresa para rentabilizar sus contactos políticos. Al fin y al cabo, Ros es un empresario-técnico-profesional, no un político. Aspira a ganar dinero, no a dirigir las telecos del país.

Paréntesis de cuatro años y a regresar. No le han dejado. Tendrá que alargar su servicio a la ciudadanía unos años. Quizás dos, que son los que muchos analistas dan a este ejecutivo. En el 2010, Zapatero hará una crisis de Gobierno que permitirá recolocar a cada uno en su sitio. Aprovechará la presidencia de España de la UE para tal cambio. Será entonces cuando Ros recibirá la carta libre para regresar a la empresa. Y será también entonces cuando Vegara pueda aspirar a una cartera. De momento, paciencia.