La sociedad española ha entrado, de lleno, en la gran piscina probática de la retórica, la propaganda y la publicidad política. Apuntaba Julián Marías que "la retórica es el arte de mover a los hombres sin profanarlos" y que "la retórica no necesita mentir". Ante las elecciones generales del próximo 9 de marzo quiero manifestar los siguientes valores, "no negociables": La salvaguarda de la vida humana, desde la preñez hasta la defunción natural. La defensa del matrimonio y la familia, entendida como el compromiso de un varón con una hembra y desplegada a la procreación. La libertad de enseñanza, cuyas personas, de derecho, son los progenitores. El bien común, contra todo tipo de cohechos. Estos fundamentos básicos, para el proceder coherente del cristiano en política, han sido calificados "no negociables" por el Papa Benedicto XVI y expresados así: "...el respeto y la defensa de la vida humana, desde su concepción hasta su fin natural; la familia fundada en el matrimonio entre hombre y mujer; la libertad de educación de los hijos y la promoción del bien común en todas sus formas". La retórica, la propaganda y la publicidad política deben ajustarse a derecho, a razón y a las normas que rigen su ejercicio deontológico. Porque si mienten al elector y lo desprecian a éste no le quedará más salida que la abstención.  Clemente Ferrer Roselló clementeferrer@yahoo.es