La votación en el Parlament de Catalunya con la cual se prohíbeme a partir del 1 de enero de 2012 las corridas de toros en la comunidad autónoma me cogió de viaje, precisamente por parte del resto de España.
Durante este viaje he oído comentarios para todos los gustos, que no pretendo comentar aquí, lo que sí me gustaría es comentar la actitud del President. El Sr. Montilla se apresuró a contar, cuando finalizó la votación que él había votado en contra de la prohibición, por que cree en la libertad. Francamente, me ha parecido una cobardía.
Pienso que la palabra correcta sería cobarde, no hay otra palabra para definir al President de la Generalitat. Independientemente de estar a favor de los toros, lo que no se puede admitir es que un presidente de Gobierno, que lo es también de su grupo parlamentario, se deje presionar por sus socios y permita que salga adelante una iniciativa que, como él mismo dice, va contra la libertad.
Pienso que ha tenido un cobarde comportamiento, más que cualquier otro político, porque por cobardía ha ido en contra de sus principios, ir contra la libertad. Por cobardía y por miedo a perder el poder.
Suso do Madrid