Sr. Director:
Si Benedicto XVI consideraba "inaceptable" la vulgarización del sexo en los medios de comunicación en la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales celebrada el pasado domingo, ¿cómo tendríamos que juzgar lo sucedido recientemente en Guadalajara, donde un relato pornográfico difundido por el Ayuntamiento en los colegios de Primaria ha despertado cierta alarma en padres y profesores, así como coyunturalmente en ciertos sectores de la clase política? ¿Así quiere educar el Gobierno a los niños? ¿Esta es la Educación para la Ciudadanía que nos espera?
Ciertos partidos políticos parecen empeñarse en una educación cifrada en un ambiente entregado al placer sensorial, como una de las más tangibles, seguras y gratificantes experiencias humanas. Prevalece en ellos la satisfacción inmediata de los deseos pulsionales, sin advertir que el entramado personal y social se encuentra en un permanente conflicto de valores a los que habrá necesariamente que atender y dar respuesta. Eliminar de un plumazo la verdad de un conjunto determinado de valores y bienes no parece el mejor camino de un Gobierno que pretende hacer del diálogo y el consenso sus mejores armas democráticas para lograr una mayor justicia social.
Hay una extraordinaria fragilidad cuando los valores se toman aisladamente, como se puede constatar en la Antígona, de Sófocles. No se puede convertir un valor en un fin excluyente, con la pretensión de postergar hasta eclipsar los valores restantes. Cuando se elude la trascendencia en la vida del hombre, se dilata el camino que lleva hasta la absolutización de principios inmanentes; donde se diluyen los valores espirituales, comienzan a surgir, pujantes, otros valores; donde se propaga una moral pragmática de corte permisivo, se atiende al placer como fin último, banalizando la sexualidad humana.
Mal comienzo del curso escolar nos espera si no hay una objeción de conciencia, una reacción efectiva, especialmente por parte de las familias españolas, inquietas ante la imposición en las aulas de la sexualidad que nos conviene y el tipo de matrimonio y familia cambiantes que debamos acoger.
Roberto Esteban Duque
eudaimonia8@hotmail.com