Sr. Director:
Estamos inmersos en múltiples crisis, la más importante la económica, pero ¿qué es todo esto comparado con la iniciativa de la Mesa del Congreso, de mayoría socialista, para que sea la Comisión de la Igualdad entre hombres y mujeres y no la de Justicia la que debata el aborto libre?

Porque lo que pretenden es, nada menos, que una revolución para cambiar de una vez la naturaleza de la mujer para hacerla igual a la del hombre. Qué digo una revolución, ¡es mucho más: es una rebelión en toda regla contra la teoría darwiniana de la "Sagrada Evolución", dado que no cabe rebelión contra Dios, porque no existe para ellos!

Al debatir la libertad total del aborto -que de eso se trata- en la Comisión de Igualdad, lo que la progresía imbuida de la ideología de género pretende es, ciertamente, acabar de una vez por todas con la discriminación hombre-mujer, de acuerdo con esa ideología, esa que se quiere inculcar a los menores de edad con la "Educación para la Ciudadanía".

Dicho en otras palabras: si la mujer, por naturaleza, puede quedar embarazada por un evidente error de la naturaleza, que así impide la igualdad con el hombre, basta con dotarla del derecho a desembarazarse de sus hijos cuando quieran... mientras estén en su vientre.

¡Es el progreso y contra el progreso no hay crisis que valga! Así que ya puede aumentar el paro y la inflación, ya pueden manifestarse los ganaderos por la ruina que tienen en puertas, ya pueden los juzgados atascarse con cientos de miles de expedientes sin resolver por falta de medios, ya pueden los piratas asaltar barcos españoles o ya pueden los filoetarras burlarse de las leyes, porque nada de eso importa.

Aquí, lo que preocupa al Gobierno es abrir las puertas al aborto libre en aras de la igualdad hombre-mujer, porque lo demás ya se arreglará.

Suso do Madrid

susodomadrid@gmail.com