Al menos cuando se trata de una batalla de letra impresa, ideológica o informativa. Pero el ministro de Fomento del Gobierno Aznar, Francisco Álvarez-Cascos, se ha empeñado en rectificar a El País, el diario de Polanco, acusándole de manipular las pruebas judiciales sobre el hundimiento del Prestige con tal de denigrar al Ejecutivo. Lo cual es muy cierto, pero no tiene ninguna eficacia.
El País responde con más acusaciones del Gobierno y casi defendiendo a los armadores del Prestige y a los propietarios del petróleo. Pero lo que sí está haciendo Cascos es vengarse por otra vía: presiona a Presidencia para que el Gobierno no ceda en las concesiones de fusión entre Canal Satélite y Vía Digital. Como se sabe, Polanco quiere subir los precios a los abonados, sin esperar los cuatro años de "congelación" que exige el Gobierno.