"Tu cuerpo es tuyo, eso es socialista", decía Bernat Soria, el ministro de Sanidad para anunciar no ya la eutanasia sino el suicido asistido.

Sr. Director:

Esta afirmación es muy interesante porque refleja el problema racional que hay en el fondo de la nueva reforma. El cambio legal no tiene tapujos, la idea es una regulación similar a la de Holanda y Suiza: que el paciente cuando quiere suicidarse pueda hacerlo "atendido" por un médico. Así el ordenamiento jurídico no protege el bien de la vida y acepta como último tribunal una libertad destructiva.

La inmoralidad del nuevo derecho a la muerte es que se edifica contra la evidencia más elemental de la razón: que la vida no se construye, es un don en cada instante. La mentira del ministro Soria pretende acallar lo que percibimos de forma cotidiana: que nuestro cuerpo es el signo más sencillo e inmediato de que el ser se nos está dando, no es propiedad solitaria sino llamada de Quien me lo da.

Suso do Madrid

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