Los catalanes desplazados a Escocia para el referéndum del pasado jueves no apoyaban la consulta, ni la libertad de voto ni el derecho a decidir. Lo que apoyaban, y así se podía leer en sus pancartas, era el "Yes", la independencia de Escocia y su separación de Inglaterra. Entonces, ¿a qué tanta hipocresía en el nacionalismo catalán Si ustedes quieren la independencia no lo disfracen de un llamado derecho a decidir con el que poder acusar al resto de los españoles de que no son demócratas.
Y de que abandone la teoría de la legalidad. Si algo no es legal pero sí conveniente, que cambie la ley

Por otra parte, no hacía falta  la excursión a Escocia para caer en la cuenta de la hipocresía nacionalista: no hacía falta porque las dos preguntas de Artur Mas (en la imagen) para el referéndum -perdón, consulta- del día 9, no admiten lugar a dudas: no es una encuesta ni una consulta sin validez jurídica. O si lo prefieren, es ambas cosas pero el objetivo último consiste en demostrar que los catalanes quieren ser independientes y hay que hacerles caso.

Por otra parte, Oriol Junqueras quiere retrasar las elecciones todo lo posible. Claro, si es que a los de ERC eso de gobernar les asusta mucho. Y si les obligan a hacerlo, no gobernarán, dirán que Madrid no les deja porque les roba, no le trasfiere el dinero necesario. No, lo que Junqueras pretende es mantener la agonía. Retrasar las elecciones cuanto más, mejor. Que el Ejecutivo central continúe negando la consulta a los sufridos catalanes.

Dicho todo esto, ahora es cuando Mariano Rajoy debe mover ficha. Por dos razones: ya ha quedado claro que no habrá referéndum el 9 de noviembre (salvo que la locura de Artur Mas alcance cotas de paranoia). Además, en Escocia los independentistas han perdido y aunque el problema no haya hecho más que empezar políticamente se ha desactivado. 


Para muchos catalanes, pueblo sentimental, la independencia nunca fue una convicción pero ahora se ha convertido en una obsesión 

Ahora sería el momento de tenderle la mano a Artur Mas (insisto, si su locura todavía es reversible, confío en que sí) y abandonar la monserga de que nada se puede hacer porque nada es legal: pues cambia la ley, Mariano y en paz, que para eso eres presidente del Gobierno.

Este es el momento para desinflar el globo independentista y la mística de la locura que ha invadido a muchos catalanes. Para los españoles de aquella zona la independencia nunca fue una convicción y ahora se ha convertido en una obsesión.

Insisto, todo lo anterior, claro está, será aplicable sólo en el caso de que Artur Mas no insista en tensar la cuerda y convocar el referéndum. En ese caso, retiro lo dicho. Que Rajoy se guarde su generosa mano para más adelante

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com