El Ministerio de Trabajo ha modificado la orden que desarrolla el real decreto sobre formación continuada. En la orden de 13 de febrero se establecía el plazo de una semana antes del comienzo de las actividades formativas para que las empresas y entidades organizadoras de los cursos de formación profesional pudieran ampliar o modificar la cifra de alumnos.
Ahora Caldera cree que el tiempo es insuficiente cuando se trata de los que se incorporan por vez primera a la empresa "cuya identificación puede desconocerse en el plazo establecido actualmente". Por ello, la modificación de la orden realizada en el mes de agosto resuelve que se puedan realizar modificaciones de alumnos hasta el mismo día del comienzo del curso.
Una anécdota sin importancia si no fuera porque el Tribunal de Cuentas ha puesto el dedo en la llaga en demasiadas ocasiones sobre los fraudes del FORCEM, la institución que sindicatos y empresarios han encontrado como mecanismo para financiar extraordinariamente sus organizaciones. El Gobierno ha hecho una apuesta clara por la productividad y esa incluye la formación profesional permanente. No parece que la relajación de las condiciones de control de estos cursos sea el mecanismo más idóneo para mostrar la apuesta del Ejecutivo por la formación continua.