La mina de marras ha pedido licencia para explotar 30 años más

El presidente de Galicia, Emilio Pérez Touriño, comparecía a medio día de este jueves en un almuerzo en Madrid. Además de tratar de vender el compromiso del Ejecutivo Zapatero con Galicia, fue preguntado sobre el tema del día: la sospecha gubernamental de que OHL estuviera retrasando las obras de Barcelona para negociar mejor la indemnización por unas obras que afectan una explotación minera de su propiedad en Galicia.

Touriño

sale al paso de la polémica afirmando que "no creo, ni quiero ni puedo creer que exista una presión empresarial con el objetivo de lograr una contraprestación". Ingenuidad o no, la afirmación de Touriño parece una desautorización de la ministra de Fomento. Y en todo caso, apela a la "madurez empresarial".

En cuanto al conflicto gallego, Touriño lo calificó de "dolor de muelas". Recordó que fue el anterior ejecutivo Aznar quien tomó una decisión sobre la mina de marras y que desde entonces la propietaria de la mina, OHL, mantiene un litigio por considerar afectados sus intereses. Touriño cree que la "afección" de las obras sobre la mina es "menor" y desde luego valora la indemnización muy lejos de los 900 millones exigidos inicialmente o de los 250 millones reclamados ahora. El presidente gallego que los cinco millones que ofrece Fomento son suficientes porque "no existe riesgo". Y como muestra un botón: "La propietaria ha pedido la ampliación de la explotación en treinta años, señal de que sigue siendo un buen negocio".

Por último, en cuanto a la polémica de los plazos, Touriño considera que son "relevantes" porque se trata de "hitos y referencias que nos marcan". Sin embargo, como ex secretario de Estado de Infraestructuras en la época de Borrell ("viví la fuerza del plazo"), recuerda que la prioridad de todo Gobierno es poner en valor el mejor producto en precio, diseño y calidad y tiempo, "pero la seguridad por encima de todo".