Al presidente de Telefónica, Cesar Alierta, hay que reconocerle más valor que "al guerra" al presidir
Ahora bien, eso no quita que
Por otra parte, Alierta dejó bien claro en su discurso ante los accionistas que su gestión sigue siendo eminentemente financiera, lo que, en pocas palabras, quiere decir que está dispuesto a recortar gastos hasta el hueso, especialmente en forma de reducción de plantilla. Telefónica es hoy la cuadragésimo cuarta empresa del mundo por capitalización bursátil. Como el mismo Alierta se encarga de recordar, sólo tres empresas procedentes de
Lo cierto es que en
Más. Telefónica ha alcanzado ya los cien millones de clientes y 1,6 millones de accionistas. En 2003 obtuvo un beneficio bruto de 3.362 millones de euros (más de medio millón de las antiguas pesetas). Sus objetivos para 2004 es que el resultado de explotación se incremente entre un 15 y un 18%, que el EBITDA crezca entre el 7 y el 10% y el flujo de caja lo haga entre el 8 y el 11%.
Pues bien, con tan espléndidos resultados y tan ambiciosos objetivos resulta que Telefónica continúa reduciendo plantilla mediante expedientes de regulación de empleo (ERE's), bastante menos generosos que los de la banca y las eléctricas, y que, increíblemente, han sido aceptados por los sindicatos mayoritarios Comisiones Obreras y UGT. No es de extrañar que otros sindicatos, minoritarios pero peleones, echen las muelas. Especialmente, el mencionado CGT para quien Comisiones Obreras y UGT son un mero apéndice "del departamento de recursos humanos de la empresa".
Porque lo más llamativo es que esa gestión no va a cambiar. Eso se deja ver en que la inversión material de Telefónica (es decir, inversión en redes y nuevos productos) se mantendrá en el mismo nivel de 2003 o crecerá, como mucho, un 3%.