Alierta ha llegado a la conclusión de que no es un buen negocio, sino un avispero. En Moncloa se quedan muchos: ahora tendrán que pedirles a los italianos otro favor a cambio de ENEL. Desde luego, lo de Autostrade no es suficiente
El presidente de Telefónica lo ha dejado muy claro a quien quiera oírle, por ejemplo a Moncloa: da por cerradas las apenas abiertas negociaciones con Telecom Italia para tomar un paquete. Desde Moncloa se le quería vender como un regalo, fruto del Pacto de Ibiza entre Zapatero y Prodi, lo que ha dado en llamarse el Eje franco-italianos. Pero con mucha delicadeza. Alierta ha dicho que el regalo es muy bonito pero poco rentable y que, además, no estaba claro el avispero en el que se iba a meter (ya tiene bastante con Portugal Telecom y VIVO). Así que ha dado por terminado el proyecto. Sencillamente, no salen las cuentas.
Para que se enteraran los interesados, al igual que Romano Prodi utiliza Il Sole 24 Ore, Telefónica ha utilizado a Financial Times. ¡Qué casualidad! Tan sólo 24 horas después de que el rotativo británico lanzara la noticia (miércoles 7) se celebraba en Londres una convención de directivos de Telefónica. La pregunta es: ¿Leen en Moncloa el Financial? Y la respuesta: Sí, porque tienen el más nutrido equipo de intérpretes de toda la Iberia.
Y claro, en Moncloa se han puesto a buscar otro favor que los italianos puedan hacer a los españoles a cambio de ENEL-Endesa. Los italianos dicen que Autostrade, pero oiga, es que Autostrade no es ningún favor, porque ya no es cuestión de plácet político, sino de precio. Hay una nueva normativa de peajes que reduce la rentabilidad de la concesionaria italiana. Por tanto, Abertis no quiere que le dejen fusionarse con Autostrade, lo que quiere es modificar las condiciones de canje, el precio, la pasta, el parné.
¿Habrán aprendido en Moncloa que desde la política no se deben hacer negocios? Por supuesto que no.