Cuando aún no ha finalizado la polémica sobre la retirada de los anunciantes en el programa 'La Noria' el ambiente se ha vuelto irrespirable entre las altas esferas de Telecinco.
Giuseppe Tringali, el responsable de publicidad del grupo de Fuencarral, responsabiliza a Paolo Vasile de la catástrofe ocasionada por la entrevista a la madre de El Cuco en La Noria y está conspirando para que se vaya de una vez a cuidar de su mujer y de su vida privada, como lleva prometiendo desde hace años... tanto a su mujer como a sus colegas.
El todopoderoso directivo de Berlusconi en España se define a sí mismo de la siguiente forma: "Yo no quiero ir al cielo, quiero ir al infierno porque es mucho más divertido, pero lo que no quiero es ir a la cárcel". Sin embargo se confiesa muy religioso. Ahora tiene que ceder ante los anunciantes prometiéndoles el oro y el moro y algún descuento significativo en el Palacio de Congresos.
Hay quien no entiende como no recurre a algo tan sencillo como ofrecer la cabeza del presentador de La Noria, Jordi González, en bandeja de plata, por mucho contrato blindado que tenga el presentador.
El conductor del programa, que habla con los muertos de los famosos en el programa 'Más allá de la vida', molestó con su actitud chulesca a los anunciantes y a algunas centrales de medios, quienes también confiesan -eso sí- que no están dispuestas a admitir que un bloguero, ni dos, ni tres, ni cuatro, les dicten lo que tiene que hacer ni dónde deben anunciarse.
Para colmo, en Telecinco, dadas las condiciones de los trabajadores de las dos productoras satélites de Mediaset, Mandarina y La Fábrica de la Tele, han comenzado las inspecciones de Trabajo. Los empleados, externalizados y con sueldos mileuristas, aseguran que llevan encima muchas horas extras no pagadas en la mochila, y han comenzado a denunciar sus condiciones de trabajo.
Recientemente varios inspectores se presentaron en las instalaciones de Telecinco para echar un vistazo.
Lo malo es que los inspectores, en lugar de visitar las redacciones situadas en los más recónditos recobecos deTelecinco, visitaron el plató de Sálvame y allí sólo estaban Jorge Javier Vázquez, los tertulianos, y los escasos trabajadores fijos que aún quedan en Telecinco.
Todo aparentemente en orden. Alguien debería explicarle a los funcionarios que la tele no la hacen Belén Esteban ni Rosa de Benito, aunque sean quienes se lo lleven crudo.
Andrés Velázquez
andres@hispandiad.com