La tasa radioeléctrica no es más que un impuesto que pagan los operadores de telefonía por uso de frecuencias, digamos, por su propia actividad. La tasa fue inventada por el Gobierno Aznar y originó con ello una tremenda polémica. Telefónica, Vodafone y Amena armaron tal zapatiesta que el PP se vio obligado a reducir el impuesto en un 70%. Aún así, durante 2004, las cuatro compañías (Xfera nunca paga) abonaron a la Hacienda Pública 204 millones de euros con cargo al presente ejercicio. Para 2005, y tal y como se acordara en su día, pagarán 214 millones de euros, un 5% más.
Hasta aquí, todo en orden, pero lo llamativo es que el PSOE haya aplicado la medida del PP sin pestañear. Porque el caso es que en el periodo de autos -es decir, cuando la polémica implantación de la tasa, allá por el año 2000- el PSOE, entonces en la oposición, acusó al Partido Popular de estar destrozando de raíz a un sector económico emergente, como era la telefonía móvil. Como hemos dicho, el PP cedió y redujo el impuesto de forma sensible. Tanto es así, que el portavoz del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, más conocido por Rasputín, les comentó a un grupo de periodistas: No me lo puedo creer, nos han hecho caso. Desde luego, yo no lo hubiera hecho, a quien se le ocurre reducir impuestos a las empresas, en lugar de al ciudadano. Y es que una cosa es estar en la oposición y otra gobernar.