Cuando el vicepresidente económico, Pedro Solbes, afirmó no quiero extenderme más un suspiro de alivio recorrió la sala donde se celebraba la clausura del Foro Latibex, que se ha venido celebrando en Madrid desde el miércoles 17 al viernes 19. En poco más de seis años de existencia, Latibex se ha convertido en la tercera bolsa hispanoamericana y uno de los mejores instrumentos para captar ahorro europeo para las empresas iberoamericanas. En esta reunión anual han participado 70 empresas, 400 inversores y analistas y 200 periodistas. El presidente de la Bolsa de Madrid, Antonio Zoido, se mostró optimista sobre la economía hispanoamericana, que este año crecerá en torno al 4,5%, así como el conjunto de la economía mundial, que se espera crezca un 5%. Eso sí, siempre hay que considerar que la mitad de ese crecimiento se debe a dos países: China y Estados Unidos. Y llegó la hora del discurso de Solbes. Para el vicepresidente económico, las perspectivas tanto de la economía internacional como de la economía española son muy positivas. Solbes recuerda que estamos creciendo al 2,6%, nueve décimas por encima de la media de la UE, aunque oculta que ese diferencial se está estrechando cada vez más. Y, como no podía faltar, en el país con uno de los salarios medios más bajos de los Quince, solicitó moderación salarial.

El hecho de que el Partido Socialista ni soñara con ganar las elecciones del 14-M ha obligado a improvisar una política económica alrededor de un concepto que se utilizó durante la campaña electoral sin especiales visos de que tuviera que aplicarse: la productividad. En una crítica a la anterior administración económica de Rodrigo Rato, Solbes asegura que España creó empleo con el PP pero con escasa productividad, y que ahora él deberá lidiar con unos tipos al alza y con unas transferencias europeas en caída. Por eso, y para aumentar la redicha productividad, Solbes se refiere a la futura Ley de Competencia (2005) y a las necesarias reformas estructurales que, por supuesto, no especifica. También alude al control de las concentraciones empresariales, al apoyo al alquiler dentro de la política de vivienda y a una flexibilidad laboral, sin ulteriores concreciones. Por último, Solbes se refiere a un plan de fomento empresarial, que evoca la famosa ventanilla única y que debería reducir los trámites burocráticos que rodean a emprendedores y empresarios.

Si de algo se acusa al PSOE es que desde su llegada al poder, el Boletín Oficial del Estado parece huérfano de medias económicas, aunque repleto de cuestiones tales como la violencia doméstica, el divorcio o el matrimonio gay. Solbes ha querido plasmar una especie de programa económico intensivo para el próximo ejercicio. Sólo hay un problema: que nadie tiene claro, al menos por el momento, qué entiende el Gobierno Zapatero por productividad.