• La Iglesia ortodoxa rusa alerta de que occidente está ayudando a los yihadistas de la Primavera Árabe.
  • De hecho, los grupos opositores a Bashar al Asad son animados por los países occidentales a "luchar por sus derechos con armas hasta que caiga el régimen".
  • Los cristianos sirios son conscientes de que están en riesgo de convertirse en sujeto de represalias por parte de los islamistas y de que se les acusa de haber apoyado al régimen, informa AIN.
En su último Informe sobre Libertad Religiosa 2012, la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada recoge la complicada situación que viven los cristianos en Siria.

Desde marzo de 2011, el país sufre una inestabilidad extrema. La oposición al presidente Bashar al-Asad (en la imagen), cuyo régimen dictatorial inspirado por la ideología laicista del Partido Baaz, que descansa en la minoría alawí, está siendo violentamente reprimida por el ejército y las fuerzas de seguridad. El asunto es que con Bashar al-Asad, los cristianos gozaban de cierta tranquilidad.

El régimen los dejaba en paz. Todo lo contrario que los yihadistas. El movimiento, que se había iniciado como manifestación para pedir mayores cotas de libertad y democracia, se ha ido transformando lentamente en una revolución islámica que está derivando en una guerra civil confesional cada vez más acentuada.

Esta revolución está apoyada por muchos de los Estados suníes de Oriente Medio y se beneficia de la llegada a Siria de mercenarios armados también suníes. Aunque estaban a favor de algún tipo de reforma, los cristianos de Siria no se han unido de forma generalizada al movimiento de oposición, mientras que los líderes religiosos han advertido a Occidente de las consecuencias que tendrá la caída del régimen de Bashar al-Asad.

Mantener el islamismo «amordazado» por lo menos garantiza la seguridad y libertad de culto de los cristianos y de otras minorías (alawíes, drusos). Los cristianos son conscientes de que están en riesgo de convertirse en sujeto de represalias por parte de los islamistas y de que se les acusa de haber apoyado al régimen, explica la Fundación Pontificia en su informe.

En declaraciones a AIN, varios miembros de la Iglesia siria describen un panorama mucho más complejo que lo que transmiten los medios de comunicación occidentales: «La situación en Siria es mucho más compleja y difícil de evaluar de lo que los medios de comunicación de Occidente reflejan (...). Muchas noticias de los medios se están convirtiendo simplemente en informaciones descuidadas (…). Parecen ignorar que también hay luchas internas por el poder y tensiones religiosas entre los diferentes grupos musulmanes y los feudos tribales; los actos de venganza se producen diariamente y el crimen está aumentando en todo el país a causa de la inestabilidad de la situación».

Y es que nos llegan a Hispanidad también noticias sobre la denuncia ante Naciones Unidas de la Iglesia Ortodoxa Rusa acerca de la persecución contra los cristianos en Siria y los países árabes, según ha informado el presidente del Departamento Internacional del Patriarcado de Moscú, el arzobispo de Volokolamsk Ilarión, quien intervino en una reunión de la Tercera Comisión de la Asamblea General de la ONU: "Estamos profundamente alarmados por lo que está ocurriendo en Siria, donde unas fuerzas radicales tratan de hacerse con el poder con la ayuda de países occidentales, y allá donde llegan al poder, son precisamente las comunidades cristianas las que se convierten en su primera víctima", expresó Ilarión.

En este sentido, de Siria no llegan buenas noticias. Más de 400 personas han muerto en los cuatro días que ha durado la tregua temporal con motivo de la Fiesta musulmana del Sacrificio, que terminó ayer sin lograr frenar las hostilidades. Las informaciones recogen los testimonios de los residentes de Damasco acerca de bombardeos aéreos sobre los barrios de Qaboun, Zamalka e Irbin y que, según ellos, han sido de los peores hasta el momento.

Y según la televisión estatal, al menos diez personas, incluidos niños y mujeres, murieron en un atentado "terrorista con coche bomba" en la ciudad de Jaramana, en el sureste de Damasco, controlado por las fuerzas leales a Bachar al Asad. La agencia de noticias oficial Sana acusó a supuestos terroristas de cometer ese acto y violar la tregua, aunque ningún grupo reivindicó la acción. Esos terroristas normalmente son yihadistas, que son los que quieren hacerse con el poder en Siria tras el inicio de la Primavera Árabe.

Este martes, el ministro de Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, ha expresado el deseo de Moscú de que se vuelva a desplegar una fuerza de pacificación en Siria, a pesar de que el enviado especial de Naciones Unidas y la Liga Árabe, Lajdar Brahimi, ha manifestado que no existen planes para enviar una misión de paz al país árabe, aunque ha reconocido que se trata de "una posibilidad".

Pero los rusos también han denunciado recientemente que algunos actores internacionales están alimentando los enfrentamientos en Siria para "reorganizar" la región de Oriente Próximo. Lavrov aseguró recientemente que algunos grupos opositores, que combaten a las fuerzas leales al presidente sirio, Bashar al Assad, han señalado a Rusia que los países occidentales les han instado a mantener la resistencia, "para luchar por sus derechos con armas hasta que caiga el régimen". ¿E instaurar así una nueva tiranía, la yihadista?

José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com