Ocurrió el pasado viernes 15 de octubre, festividad de esa santa recia y alegre que es Santa Teresa de Jesús.

La reformadora carmelitana es patrona del Cuerpo de Intendencia del Ejército y, como es costumbre, los mandos del ramo invitaron al resto del Estado Mayor, ubicado en la madrileña calle de Vitrubio a celebrar a su patrona con una misa y un vino español.

La sorpresa llegó cuando los generales, y coroneles con aspiración a generales, del arma no acudieron a la Eucaristía que se celebró en la capilla del Estado Mayor, aunque sí al vino español que se sirvió a continuación.

Y no es que sean muy laicistas, ni que la ministra Chacón, empeñada en suprimir cualquier signo, o acto religioso, de la milicia, así se lo ordenara. No, la razón fue que al Jefe del Estado Mayor de la Defensa, (Jemad), ilustrísimo general del aire (cuatro estrellas), don José Julio Rodríguez, no le gustan las misas (a lo mejor por eso es Jemad).

Sin embargo, acudieron al acto litúrgico en honor de Santa Teresa de Jesús todos los coroneles que no aspiran al generalato.  

Moraleja: si quieres llegar a algo en el Ejército español actual exhibe tus credenciales de agnosticismo. O mejor: puedes ser católico pero no practicante -esto es, católico clandestino- y también puedes ser agnóstico practicante.

Porque como se entere el Jemad

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com