Ha llegado a Telecinco la segunda temporada de "Sin tetas no hay paraíso". Miguel Angel Silvestre -"Duque"- revela que la serie le dio una lección, "hoy hay cinco millones de espectadores viéndote por televisión, cinco mil personas llenando un pabellón y cuatro horas mas tarde puedes estar tú solo en el sofá de tu casa".

El arreglo de la serie colombiana "Sin tetas no hay paraíso", es funesta y sin ningún valor. Nos encontramos ante una producción con todos los componentes de un culebrón mezquino donde la prostitución, los narcóticos, las venganzas y los contubernios se dan cita como eje central de una conspiración insoportable, con el vacío total de valores y alusiones morales. 

Los anhelos primarios de la televisión deben ser; informar, enseñar, culturizar y recrear. La telerrealidad, promovida en Norteamérica con el "Real World" de la cadena MTV, zanjó el menú de diversión. La desfachatez, la intromisión en la subsistencia privada y la ironía déspota y patética son frecuentes.

La Federación Internacional de Asociaciones de Telespectadores y Radioyentes asevera que, los programas basura son "un cáncer cuya metástasis, tiende a invadirlo todo".

Es necesario eliminar de las parrillas toda esta telebasura violenta, insolente y erótica, que puede ofuscar a los chiquillos que, ante semejantes aberraciones, pueden terminar enmarañados o trastornados. No podemos consentir que se produzca la aseveración de Lope de Vega; "Si el vulgo es necio, es justo hablarle en necio para darle gusto".

Clemente Ferrer Roselló

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