El fiscal general del Estado –aunque conste, como ha recordado la vicepresidenta del Gobierno, señora Fernández de la Vega, que el Ejecutivo no ha tenido anda que ver en el asunto- ha decidido instar al juez el secuestro del semanario satírico El Jueves, por una portada en la que aparecían dibujados el príncipe heredero, Felipe de Borbón, y su esposa, Doña Letizia Ortiz, copulando de forma grosera y con una leyenda que no repito pero que ya conoce todo el país, y que aludía a lo poco que curra el heredero al Trono.

¿Ha hecho bien el juez Juan del Olmo en secuestrar el número y el fiscal en solicitarlo? En mi opinión, sí. Existen la libertad de expresión y la libertad de prensa, y como cristiano aprecio mucho la primera y como periodista la segunda. Pero no existe la libertad de injuriar, de insultar, de entrometerse en la intimidad ajena ni en la de faltarle al respeto a nadie, sea príncipe heredero o portero de finca urbana.

El dibujante autor del engendro se dejaba entrevistar en TV para alegar que seguramente se habían ofendido más por el mensaje que por la morbosidad de sacarlos desnudos en pleno coito. No hay que sorprenderse: los insultones suelen ser muy hipócritas. Por ejemplo, ¿cómo reaccionaría el dibujante, don Guillermo Torres, el insultón, si su imagen fuera tan conocida como la de los agredidos y le dibujaran en portada de un semanario copulando con su señora y aludiendo, por ejemplo, a su falta de ingenio satírico? ¿Le gustaría que lo viera su madre? ¿Y sus hijos?

Y además miente, porque sabe perfectamente que una alusión a los reyes que no trabajan no provocaría ninguna medida legal. Lo que ofende es la invasión grosera en la intimidad de un matrimonio.

Pero, como digo, no hay nada más hipócrita que la progresía políticamente correcta. Por ejemplo, en los informativos de la TV pública escucho a quiosqueros que se lamentan de la publicidad que le han hecho al semanario, que con ello ha agotado sus ejemplares ante de que la policía acudiera a retirarlos. Es un argumento tan repetido como majadero, que podríamos resumir así: No hay que secuestrar un periódico, porque con ello sólo se beneficia al insultón secuestrado. ¿Y qué? ¿Significa eso que los jueces no deben perseguir a los ladrones porque eso aumentaría su prestigio en el mundo del hampa? Un delito no se persigue según las consecuencias de la persecución, sino según el delito en sí mismo.

No es broma. Vean lo que titula El Mundo (periódico que odia la juez Del Olmo como instructor del 11-M, donde no respaldó la teoría de la Conspiración): "Del Olmo eleva a noticia mundial un chiste zafio sobre la Corona". Pues que se eleve. La función de un juez es hacer justicia, dar a cada uno lo suyo, no preocuparse del efecto comercial que puede provocar el hecho de hacer justicia en una sociedad de consumo tan estúpida como la nuestra. Además, tiene narices que El Mundo se revuelva contra el juez cuando ellos mismos reproducen el chiste en sus páginas. ¿No quedamos en que era un chiste zafio, una grosería, un "eructo" de un barbián? Pues a los barbianes se les juzga, no se les reproduce.

Por cierto, Cuando el famoso vídeo sexual de Pedro J. Ramírez, ¿no decía El Mundo que eso no era libertad de expresión sino, precisamente, un atentado contra la libertad de prensa, dado que tenía por objeto amedrentar a un periodista con la utilización espuria de su intimidad, su honor y su vida privada? ¿No llevó a los tribunales a los grabadores y distribuidores de la cinta por utilizar la intimidad ajena? ¿O es que Pedro José Ramírez tiene más derecho a ese honor que Felipe de Borbón?

Por cierto, en ese mismo número de El Mundo –No se preocupen: el juez Del Olmo no lo secuestrará- el presidente del Getafe otro hipócrita llamado Ángel Torres, otro insultón, cuya campaña blasfema para captar nuevos socios, ha herido a todos los creyentes –y a los que no hiere dudo que sean muy creyentes-: "En España la gente no tiene sentido del humor". Lo que decía Gila. "Me habéis mandado al hijo, pero lo que me reído". Así que, si no sabe aguantar una broma sólo porque le haya costado la vida del hijo, pues márchese del pueblo, oiga.

Y El País no se queda atrás. Ojo al dato: "Secuestro inútil y contraproducente que sienta un precedente pésimo". ¿Precedente pésimo la persecución la injuria y de los atentados contra la privacidad? Una pregunta, con todo respeto a Jesús Polanco, a quien sólo puedo desear que Dios le haya acogido en su seno, ¿Por qué se enfadaba tanto El País cuando, por una indiscreción médica, empezó a correr por la red el diagnóstico de don Jesús?

Al final, lo que está en cuestión son dos escuelas de pensamiento: la que analiza las cosas en sí frente a la que analiza el efecto público que provocan. La segunda es la culpable de que el mundo vaya como va.

Sí, El Jueves no debió ser secuestrado el viernes, sino el mismo miércoles, día de salida, según reza su graciosísimo eslogan.

Eulogio López