A partir de las palabras del ministro de Justicia en el Parlamento -la protección del derecho reproductivo por excelencia, es decir, el derecho a la maternidad y la protección del concebido- se abrió un debate que refleja la ofuscación de una izquierda que considera la defensa de la maternidad como bandera "de la derecha más ultra".
En su acalorada repuesta al ministro, la diputada socialista -que había hecho la pregunta: ¿Si mantenía su intención de recortar los derechos sexuales y reproductivos de la mujer?- insistió en la falacia de que la oposición al aborto se basa en razones religiosas.
Con este falso pretexto la diputada acusó al ministro de Justicia de atender un supuesto compromiso con determinados sectores del fundamentalismo en España, es decir, los que defienden la vida como pilar de los derechos humanos universales.
Y todo esto porque el Gobierno ha declarado su propósito de defender algo tan sensato y tan vital para el progreso como es el derecho a la maternidad como alternativa al aborto, un "pecado" que la izquierda y el feminismo radical no están dispuestos a perdonar.
Jesús Domingo Martínez