Sr. Director:
El misterio de Dios se hace visible en las calles de nuestras ciudades. Lo que para los cristianos es alegría redentora para los demás es: fiesta de primavera, ocasión de descanso, sentimiento artístico, -indiferencia u ofuscación-, pero casi nunca tema de reflexión.
El misterio de Dios se hace visible en las calles de nuestras ciudades. Lo que para los cristianos es alegría redentora para los demás es: fiesta de primavera, ocasión de descanso, sentimiento artístico, -indiferencia u ofuscación-, pero casi nunca tema de reflexión.
Da igual la actitud que cada uno tomemos ante este fenómeno histórico, individual o colectivamente; es tan personal la reacción que nos lleva a pensar en el tema de la libertad humana. Porque ser libre no es elegir bien subjetivamente considerado, sino elegir el Bien y para el que cree la procesión no va sólo por fuera sino también "por dentro" indiferentismo.
Ana Poveda