Sr. Director:
La ganadería española está pasando unos tiempos verdaderamente duros, especialmente la de producción de leche.

A los altos costos de producción y los bajos precios de venta hay que sumar el bienestar animal. Si las exigencias en bienestar animal que han de cumplir los productores europeos se imponen para todos los países terceros exportadores a la Unión Europea (UE), la situación puede cambiar favorablemente, especialmente en cuanto a la competitividad.

Sin embargo, queda otro asunto, la sensibilización de los consumidores. Según una encuesta de la propia UE, para el 64% de los ciudadanos europeos el bienestar animal es una cuestión importante, pero prácticamente no influye en la decisión de compra.

El objetivo sería que los consumidores entiendan que se debe pagar más por aquellos alimentos que respetan o potencian las normas de bienestar animal. Hoy por hoy, no de hace y eso ponen en desventaja los productos españoles.

Domingo Martínez Madrid