Sr. Director:
La Justicia acaba de anular las multas lingüísticas en Cataluña. Aplaudo una decisión sensata.

La actitud del gobierno catalán de multar a los ciudadanos en función de la lengua con que rotulan su tienda era una auténtica barbaridad discriminatoria que recordaba tiempos pasados y un ataque en toda regla contra nuestra libertad lingüística.

Siempre he pensado que en Cataluña los ciudadanos debemos poder utilizar la lengua oficial que libremente deseemos, sin sanciones ni imposiciones.

Resulta curioso: esos nacionalistas que tanto se llenan la boca de libertades y derechos a decidir son los mismos que después no nos dejan utilizar a los ciudadanos catalanes la lengua que libremente decidimos y se dedican a imponernos multas que encima son ilegales.

Antonio Peiró