El grupo Santander no atraviesa su mejor momento, pero si algo distingue a Emilio Botín es su capacidad para huir hacia adelante, en ocasiones en la dirección adecuada. Digamos que se crece ante el castigo y que, cuanto más se le arrinconan más gestos pone en marcha. Así, en plena crisis de reputación corporativa, con la marca Santander amenazada por el desprestigio de Madoff, Lehman y compañía, el Santander se une al liderazgo deportivo para inspirar de nuevo confianza.
Gestos onerosos, ciertamente. Por ejemplo, en plena crisis de la Fórmula 1, el Santander está a punto de ultimar un acuerdo con Ferrari para el cuatrienio 2010-2013 por un monto total de 200 millones de euros, 50 por año, justo cuando todos los patrocinadores huyen de la Fórmula 1. Ojo, la condición es que la factoría de Maranello se compromete a fichar al español Fernando Alonso. Si no se ponen de acuerdo la cifra podría reducirse no menos de un 30 y no más de un 40%, según han explicado a Hispanidad fuentes del banco cántabro.
No sólo eso, Botín siente una más o menos sana envidia de su adversario y enemigo Francisco González (FG) que ha conseguido buenos réditos patrocinando la liga de Futbol, hoy Liga BBVA. Por eso quiere hacerse con el patrocinio del Real Madrid, que le disputa su actual sponsor, la casa de apuesta BWIN, que también sufre una pequeña dolencia de reputación corporativa. BWIN ha propuesto a Vicente Boluda subir de los 18 a los 25 millones de euros anuales el coste, pero Boluda trabaja para la llegada de Pérez, y el presidente de ACS quiere llegar a lo grande: con el patrocinio del Santander bajo le brazo.
Es más, en el Santander ya han pedido que la segunda vestimenta del equipo blanco sea roja... con una llama blanca en el pecho: electrizante. Además, el Santander, mejor, Banif, es el banco de muchos miembros de la plantilla. Raúl y Guti se han dejado hasta las pestañas con Madoff, peor naturalmente el banco está arreglando la situación.
Y no sólo eso, como ya hemos informado, Emilio Botín no renuncia a fichar al consejero delegado del BBVA, José Ignacio Goirigolzarri, aunque éste exija ser consejero delegado, lo que implicaría la jubilación o pase al retiro de Alfredo Sáenz. ¡Muy fuerte, oiga usted!
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com