En su comparecencia parlamentaria descartó la subida de impuestos especiales La vicepresidenta Salgado estuvo este fin de semana en el encuentro empresarial del Círculo de Economía en Sitges. Sugirió que la nueva fiscalidad debe primar menos el consumo y más el ahorro y la fiscalidad. Una afirmación que llevaría a señalar que hay que bajar cuotas y subir IVA como reclama el Instituto de Empresa Familiar, la CEOE y el Instituto de Estudios Económicos.
El anterior equipo económico siempre había rechazado está fórmula. Argumentaban que la experiencia demostraba que no incentivaba la contratación, pero sí generaba un agujero en la Seguridad Social. De hecho, Solbes lo practicó en 1995 y salió escaldado.
Otro de los rumores que circulan por el todo Madrid es que el Gobierno pretende subir los impuestos especiales. Coalición Canaria se lo preguntó directamente en su comparecencia parlamentaria y Salgado lo negó tajantemente. Claro que el hecho de que no haya trascendido demasiado le da margen para desdecirse sin demasiado coste.
Lo que está claro es que el Gobierno maneja una revolución fiscal que permita garantizar la suficiencia financiera. Y puesto que no piensa rebajar los gastos, el resultante es que habrá subida de la presión fiscal. No en las rentas más altas, como propone IU y sindicatos. No por ganas, sino por ausencia de impacto en la recaudación. Las rentas más altas ya espabilan. ¿Lo más probable? La marcha atrás en la deducción de los 400 euros que se sumará a la eliminación de la deducción por vivienda. La primera puede ofrecer 6.000 millones de euros adicionales. La segunda permitió ahorrar 7.500 millones de euros a los contribuyentes el año pasado. Total: cerca de un 1,5% de PIB. No está mal.
El anterior equipo económico siempre había rechazado está fórmula. Argumentaban que la experiencia demostraba que no incentivaba la contratación, pero sí generaba un agujero en la Seguridad Social. De hecho, Solbes lo practicó en 1995 y salió escaldado.
Otro de los rumores que circulan por el todo Madrid es que el Gobierno pretende subir los impuestos especiales. Coalición Canaria se lo preguntó directamente en su comparecencia parlamentaria y Salgado lo negó tajantemente. Claro que el hecho de que no haya trascendido demasiado le da margen para desdecirse sin demasiado coste.
Lo que está claro es que el Gobierno maneja una revolución fiscal que permita garantizar la suficiencia financiera. Y puesto que no piensa rebajar los gastos, el resultante es que habrá subida de la presión fiscal. No en las rentas más altas, como propone IU y sindicatos. No por ganas, sino por ausencia de impacto en la recaudación. Las rentas más altas ya espabilan. ¿Lo más probable? La marcha atrás en la deducción de los 400 euros que se sumará a la eliminación de la deducción por vivienda. La primera puede ofrecer 6.000 millones de euros adicionales. La segunda permitió ahorrar 7.500 millones de euros a los contribuyentes el año pasado. Total: cerca de un 1,5% de PIB. No está mal.