Tensión máxima por el nuevo modelo de financiación autonómica. Estamos ya en tiempo de descuento y Salgado dedica todos sus esfuerzos en contentar a los que no se quieren contentar en palabras de Julián Marías. Ahora eleva la partida de 3.000 a 3.100 millones de euros anuales, 100 millones más que la anterior oferta, pero 700 menos que los que reclama ERC. Este miércoles Ridao afirmaba que no había un problema de cifras, sino de modelo. O sea, de cifras. Ya veremos si 100 millones de euros son suficientes o no.
En el calendario, el 15 de julio, la fecha tope establecida por el propio Zapatero en el Debate sobre el Estado de la Nación. Ya se ha rumoreado la posibilidad de irnos a finales de mes, pero el 14 está convocado un Consejo de Política Fiscal y Financiera y el Gobierno querría quitarse el sudoku cuanto antes. Vamos a ver si lo consigue. De momento, el catalanismo sigue jugando a la calculada ambigüedad. Su conseller de Economía, Antoni Castells afirma que hay avances importantes aunque también elementos relevantes que les separan. Quieren más. Son -como diría el ministro Sebastián de los fabricantes de vehículos- insaciables.
El problema es que se pondrá más dinero encima de la mesa sin que exista una contrapartida de estabilidad presupuestaria, saltada por los aires. Y eso es lo que hace que el modelo sea mucho más perverso.