Por cierto, la reacción de Rodrigo Rato al gesto de Zapatero no ha sido muy humilde. Rato dice que no se lo cree, pero es mentira: se lo tiene que creer porque Zapatero no puede incumplir su palabra. Lo que pasa es que le ha quitado la estrategia.

Esa es la segunda noticia del día: los presidentes de las grandes empresas privatizadas por el PP han respirado tranquilos al saber que Rodrigo Rato irá segundo en las listas de su partido por Madrid. En principio, eso les apuntala en sus respectivos sillones, aunque no significa que Rato acepte ser ministro de Economía de Mariano Rajoy. En cualquier caso, por el momento no hay peligro de cambios en las empresas privatizadas, las más importantes del país.