Personajes extravagantes y enloquecidos, diálogos marcianos, mafiosos rusos y mucha música rock componen la última película de Guy Ritchie. Un largometraje  que bebe en las fuentes del comic y al que no puede negársele un afortunado tratamiento visual.

    Un millonario negocio inmobiliario, orquestado por un mafioso londinense, saca a la luz a todos los elementos barriobajeros del mundo criminal de Londres, que pretenden sacar tajada del capital aportado por un gángster ruso

   El actor escocés Gerard Burlet (recientemente visto en Postdata: Te quiero y La isla de Nim) está al frente de este thriller locuelo definido por su director como una comedia de acción. Una historia, confusa en algunos momentos, pero que resulta entretenida debido a un ritmo ágil. Su look de comic se vislumbra en su falta de dramatismo y en su mayor logro: las bien resueltas secuencias de acción.

   Eso sí, va claramente dirigida a un público joven que no se asuste de la violencia y crudeza de algunas imágenes y disfrute con la jocosidad de otras

Para: Jóvenes cinéfilos aficionados a los comic