A estas alturas, ya conocemos que este biopic (película biográfica) alrededor de la figura de Ray Charles es una de las favoritas para llevarse varias estatuillas de los Oscar de 2004.
El acercamiento realizado por el director Taylor Hackford (La bamba) a esta leyenda de la música norteamericana está lleno de respeto. Marcado por la pérdida de visión en su infancia y por la muerte accidental de su hermano, la vida de Charles es el largo camino de un hombre lleno de coraje para intentar redimirse. A este respecto, el director ha abordado el trabajo de manera académica, sin realizar demasiado hincapié en la parte oscura de la vida del artista: su adicción a las drogas y su desmesurada promiscuidad sexual que le llevó a mantener diversas relaciones adúlteras.
La película cuenta con una excelente banda sonora, un montaje clásico pero correcto y una acertada puesta en escena, pero lo que destaca, por encima de todo, es la increíble actuación de Jamie Foxx, que parece una reencarnación del verdadero Ray. Este actor negro, doblemente nominado a los Oscar de este año en las categorías de mejor actor (Ray) y mejor actor secundario (Collateral), permaneció sin visión durante todo el rodaje de este film a causa del maquillaje que le aplicaban en los ojos.