- Eso sí: no sería un banco sino una sociedad que agrupará los activos inmobiliarios tóxicos.
- Y todo ello si lo acepta Bruselas, que está poniendo palos en la rueda.
- El problema financiero español se convierte en problema soberano, gracias a S&P.
- Ahora mismo, el Santander tiene la mejor calificación, seguido de BBVA y Caixabank, con Bankia y Popular en otro escalón, para cerrar con Sabadell.
La banca española era mejor que la extranjera, tanto europea como norteamericana. Y aún lo sigue siendo, pero ha dejado que se pudra su 'pequeño' problema inmobiliario, que se ha convertido en un gran problema. Y es ahí donde se han cebado la agencia de riesgo S&P, desde su aquelarre neoyorquino, ya ha reducido el riesgo del Reino de España y, en consecuencia, en la mañana del lunes 30, ha reducido el riesgo de 11 entidades españolas, a lo que luego se ha añadido la amenaza de revisión para Caixabank y Bankia.
Ahora mismo, el Santander, con un A- encabeza la calificación de solvencia de S&P. En un escalón inferior se encuentran BBVA y Caixabank. Si bajamos otro nivel nos encontramos con Bankia y Popular, y en el furgón de cola el Sabadell. Una calificación tan arbitraria como cualquier otra pero que supone un mazazo para la cotización de las entidades y que exige poner punto final al problema inmobiliario.
De esta forma, los especuladores se han lanzado como buitres contra la banca española y fuerzan a Mariano Rajoy (en la imagen) a crear un banco malo aunque llamándolo de otra forma, probablemente una sociedad que agrupe los activos inmobiliarios de la banca española, una cartera en la que se espera una pérdidas del 50%.
Y encima, Bruselas pone palos en la rueda. En un continente donde la banca alemana, inglesa, francesa, italiana u holandesa, han sido salvados de la quiebra gracias al dinero público, Bruselas se niega ahora a admitir cualquier tipo de ayuda: sea en forma de banco malo, de sociedad paralela, de derrama en el FGD, de titulización de la cartera inmobiliaria, etc. Para La Unión, todo eso constituye ayuda de Estado.
Y es que el problema financiero español se está convirtiendo en un problema soberano, de deuda soberana.
¿Y dejar quebrar a los bancos que no puedan solucionar el problema por sí mismos? Eso ni se plantea, a pesar de constituir la única opción ética posible.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com