Como John F. Kennedy, el número uno del Partido Popular, Mariano Rajoy, quiere quitarse el olor a católico. Así, José María Michavila, Carlos Aragonés y otros reconocidos pivotes del cristianismo en el PP, además del mencionado Acebes, van a pasar a un segundo plano en el congreso postvacacional.

Ahora bien, lo más significativo es la obsesión de Rajoy por prescindir, como ya hemos informado, de Loyola de Palacio, todavía vicepresidente de la Comisión Europea. Eso nadie lo entiende… ni tan siquiera en Génova.