Sr. director: 

Manifiesto mi perplejidad ante la unánime decisión por parte del aforo parlamentario de hacer delito punible el maltrato a los animales. No porque piense que deben ser maltratados, sino porque al consenso en esta materia, y a la buena acogida de esta iniciativa en los medios de comunicación y en la opinión pública se une de manera inseparable, sistemática, el silencio más criminal ante el mayor genocidio de nuestro siglo: el asesinato, por decenas de miles cada año en España, de seres humanos aún no nacidos.

Porque los mismos médicos silencian el fondo de esta práctica y no dejan alternativas a las desinformadas pacientes. Porque a las adolescentes no se las da muchas veces otra alternativa distinta, se las impone y obliga a matar a sus propios hijos, sin decirlas que existe gente dispuesta a ayudarlas a reconstruir su vida; una vida que nuestra sociedad permisiva a cooperado a destruir incitando a la irresponsabilidad, y que ahora pretende rematar imponiendo a esa persona un lastre moral y psicológico que la va a marcar para siempre.

La prensa ha canonizado la protección de los animales. Los dirigentes de asociaciones protectoras de los mismos tienen amplios espacios radiofónicos. La sociedad está muy dispuesta a defender los "derechos humanos" de los animales, y también muy dispuesta a violar los de sus semejantes más débiles e inocentes, su misma esperanza de futuro. Que se pare el mundo, que yo me bajo. 

Mariano Navas Gómez