Entre los 300 altos cargos que quedan por nombrar en el nuevo gobierno tripartito de la Generalitat destaca el nombramiento de Miguel Pueyo como Director General de Política Lingüística de la Generalitat de Cataluña, dependiente del "conseller en cap" en lugar del conseller de cultura, "para que se realice una política transversal", según explica Rovira. Ya saben, la construcción nacional es una labor de todos, y un poco cara. De hecho, es el máximo factor de rezago económico en relación a otras comunidades como Madrid.  

Pueyo es funcionario de prisiones, responsable del sindicato Candidatura Autónoma de Treballadores i Treballadors de la Administración de Catalunya (CATAC), combatió a la ultraderecha presente entre el funcionariado de prisiones, y fue candidato por Barcelona de "Trabajadores Públicos Rebotados" en los comicios de octubre de 1999. Una muestra evidente de que la mayoría del funcionariado catalán no es convergente por obra y gracia de los traspasos.