Resulta que no era un ex paracaidista neonazi, ni tan siquiera un fascistilla. El asesino de Toulouse no es un racista antimigratorio, sino un salafista para el cual había que matar niños judíos pero también musulmanes o árabes renegados, vendidos a los ejércitos extranjeros.

¡Pena! Pero RTVE, por ejemplo, no se rinde. Aunque la autoría no es la proyectada, desde la madrugada del miércoles, Ana Pastor, directora de los Desayunos de RTVE, dedicó alguna de sus mejores muecas a la 'ultra derechista' (lógico, la ultraizquierda no existe) Marine Le Pen, justamente cuando la aspirante al Elíseo había realizado una de sus mejores intervenciones: "Hay que declarar la guerra a esas gentes político-religiosa que matan a nuestros niños cristianos, a niños musulmanes y niños judíos". Pues eso: el periodismo de las muecas.

Entiéndase: no me burlo del resurgir del fascismo porque en verdad existe tal resurgir. El fascismo no es más que la deificación de la patria o de la raza y debe ser perseguido. Ahora bien, ni el fascismo ni la ultraizquierda –que también resurge- no resultan ni mucho menos tan peligrosas como la progresía surgida del Nuevo Orden Mundial (NOM), que no  cree en nada salvo en su propio poder, que arrasa con la caridad cristiana, por tanto con la justicia, que recorta la libertad religiosa y que odia por igual a cristianos judíos y musulmanes, porque los tres creen en algo.

Ese NOM exalta el nuevo nazismo pero sólo para confundirlo –como hace Marine Le Pen, que ahí sí desbarró- con un credo religioso. Porque el NOM no quiere acabar ni con la ultraderecha ni con la ultraizquierda. Con lo que quiere acabar es con Cristo.

Y para lograr el objetivo echa mano de todo: los fascistas son cristianos, los antisemitas son cristianos y los que asesinan a militares de origen magrebí y a niños judíos… también son cristianos, cristianos fascistas, pero cristianos.

Eulogio López
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