Benedicto XVI afirma que Tierra Santa es un microcosmos de la humanidad, de una humanidad peregrina. Sólo el diario La Razón, al menos en España, prestó atención a estas sugerentes palabras del Pontífice tras su reciente viaje a Jerusalén.

Permítaseme el atrevimiento de convertirme en hermeneuta del Papa, algo que no debe hacer nadie con sentido común, pero ésta es cualidad de la que ando ayuno desde el mismo día de mi nacimiento: lo que el Papa quería decir es que de la misma forma que el discurso escatológico de Cristo (24 de San Mateo) no es más que una ambivalencia entre la caída de Jerusalén -en el año 70- a manos de Tito y el juicio de las Naciones, y el fin del mundo o el juicio de las naciones, lo uno es imagen de lo otro. Los judíos forman un pueblo irrepetible porque fueron, en verdad, el pueblo elegido por Dios, algo que imprime carácter y sin lo que no puede entenderse su singular e irrepetible historia.

No, no estoy iluminado. La historia de la humanidad tiene tres jalones: creación, redención y parusía. Creer en las dos primeras y rechazar la tercera no es más que negar el Credo: Y de nuevo vendrá con gloria.... Lo digo ahora que los medios del planeta se vuelven hacia el nuevo misil que Irán ha probado. La CIA -conocida por su superior nivel informativo e intelectivo, falla más que una escopeta de feria,- advierte que entre 2010 y 2015 Irán contará con su primera bomba nuclear, un arco temporal que dejará muy tranquilos a los israelitas: los chiflados islámicos pueden aniquilarlos al comienzo del lustro o al final. Un consuelo. Los informes de la CIA siempre resultan gratificantes.

Por cierto, hace dos años que los israelíes llevan pidiendo a los norteamericanos que ataquen Irán o les ayuden a destruir su arsenal nuclear. Ahora, Washington, dirigidos por ese Príncipe de la Paz que es Barack Obama, asegura que las bombas que están fabricando Irán -las del lustro- son móviles, fáciles de transportar y muy difíciles de localizar. En otras palabras: que el Gobierno hebreo no sólo tenía razón cuando apresuraban los tiempos, sino cuando urgía a lanzar una operación antes de que el proceso de enriquecimiento de uranio y, sobre todo, la capacidad tecnológica de Irán les permite alcanzar el nivel más alto de peligrosidad nuclear, que no es la potencia sino la movilidad.

Por cierto, el misil probado por los ayatolás puede alcanzar Israel, pero, unido a los medios de locomoción de bombas nucleares, es decir a los cohetes transportadores, que pone a su disposición su aliado en el mundo, Corea del Norte, es cuestión de meses que esos coches alcancen Europa -segundo objetivo del fundamentalismo iraní y del comunismo majadero de Kim Jong-il- e incluso, en los modelos más avanzados, desde Teherán se pueden lanzar misiles nucleares transportados por coches coreanos hasta la costa Este de los Estados Unidos. Sinceramente, el único que puede salvarnos del desastre es Zapatero y su Alianza de civilizaciones. En él confiamos.

No lo digo yo, me lo cuentan los servicios de información judíos. Y, sinceramente, me fío de ellos mucho más que de la CIA.

Eulogio López

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