Decíamos ayer que en la sociedad de la información una sociedad que vive en red y en tiempo real, resulta muy complicado distinguir entre información interpersonal y difusión masiva. Lo que ocurre es que el ministro Alberto Ruiz-Gallardón pertenece a esa derecha progre que legisla con la prensa en la mano. Y esto no sería muy malo si no fuera porque la prensa habla de lo que está ocurriendo hoy pero los códigos penales viven muchos años. Gallardón encesta el aplauso de los progres sin el cual, al parecer, le resulta difícil respirar.

En cualquier caso todo el mundo pensó en el famoso vídeo pornográfico de la concejal socialista de los Yébenes, doña Olvido Hormigos, enviado por ella, presuntamente, a un presunto amigo, y que en pocos minutos, era conocido hasta en Corea. Por eso, la señora Hormigos me ha sorprendió con un razonamiento progresista: "Es un paso muy importante. Estábamos un poco desprotegidos". No mujer, no. Para protegerte, contra el cachondeo general lo primero que no tienes que hacer es jugar con tu intimidad, es decir, no grabarte vídeos cochinitos. Si no lo hubieras grabado no se hubiera difundido. Pero insisto: ¿una red creada por teléfonos móviles es difundir? ¿Aunque en pocos segundos llegue a miles de personas?

El problema no está en lo que se difunde sino en lo que haces. Existe una intimidad noble que no quisiéramos ver en manos ajenas, claro está, pero tampoco podemos caer en el sofisma de que las cosas son buenas o malas según se conozcan o se ignoren.

Eulogio López

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