Mientras, Cebrián insiste en llegar a un acuerdo con Carlos Slim y Telefónica se quedará con el 17%

Los Polanco tienen que decidir si quieren ser editores o rentistas. La voluntad del fallecido Jesús Polanco era que fueran, precisamente, gestores, que continuarán su labor.

Pero la que tenía más experiencia, Isabel Polanco, también falleció de cáncer. Otra hermana que nunca ha estado ligada al negocio familiar. E Ignacio y Manuel Polanco se vieron obligados a aceptar algo que no deseaban. Ignacio ha terminado sucediendo a su padre en la Presidencia y Manuel está detrás de él. Ignacio está hartísimo, y debe una gana se dedicaría a vivir de las rentas. No tanto Manuel, pero es que Manuel se mantiene en un segundo escalón, que le exige una menor dedicación.

De alguna manera, lo que está ocurriendo en el grupo mediático más poderoso de España es que los hijos no tienen ganas y los que no tienen ganas no son hijos. Son, por ejemplo, sobrinos. Así, Javier Díez Polanco, sobrino, primer ejecutivo de Sogecable, es el partidario de continuar, con su primo en la Presidencia de PRISA y él al mando de Sogecable (y Cebrián lo más lejos posible).

El propio consejero delegado, Janli Cebrián, quiere seguir, sólo que mandando más, con otro dueño, en concreto, con el mexicano Carlos Slim.

Por su parte, el otro gran accionista de PRISA, además de los Polanco, Francisco Pérez González, también se quedarían de rentistas con mucho gusto.

Mientras, PRISA ha lanzado su OPA sobre Sogecable. Como temen encontrarse con una deuda cercana a los 5.000 millones de euros, lo que le pondría en una situación imposible, nuevamente han pedido a Telefónica que les ayude, es decir, que se quede con el 17% del capital, otro favor de César Alierta a los Polanco.