Sr. Director:
En mi carácter de abogado argentino interviniente en los autos "Aerolíneas Argentinas SA S/Concurso Preventivo" y otros referidos a mis denuncias de nulidad del acuerdo preventivo homologado y de simulación y fraude ante la justicia argentina, me sobran elementos probatorios en orden a que los responsables del grupo Marsans con el dinero recibido del erario español (vía la SEPI) se perjudicó no sólo a vtro. Reino de España, sino también a medio millar de acreedores de la cía. aérea, así como al resto de los socios minoritarios de AA. (el Estado Argentino).

Todo en base a maniobras perfectamente detectadas y denunciadas criminalmente (sé de la intervención simultánea del Juzgado del Crimen nº35 de Madrid y ante el Juzgado del Crimen a cargo del Dr. Baños en Buenos Aires). De allí que no puedan caber sorpresas, especialmente, en épocas que la industria de la aerotransportación globalmente se halle en dificultades, que aquellos que fueron capaces de las más horribles maniobras, vengan hoy a poner dinero para sobrellevar la crisis... ¡Nunca lo hicieron!, ¿porqué lo harían ahora?.

Recuérdese que el Sr. Mata y otro de sus socios, recibieron condenas criminales por la justicia de primera y segunda instancia de Madrid por delitos cometidos, precisamente en la administración de sociedades mercantiles... ¿Se sabe en su país que existen bolsones de corrupción como los que el más desprevenido de los intérpretes que habido sea, advertiría con extrema facilidad? ¿En su país, 800 millones de dólares de las arcas públicas pueden ser puestas en manos de particulares a modo de donación?

Sepa Ud. también que el deficiente servicio que ha venido prestando dicha aérea ha provocado severísimos perjuicios a nuestro país y su gente, tanto por la incomunicación interna resultante, como la sensible merma del flujo de turistas, quienes, como mucho pueden visitar Buenos Aires y aledaños, pero, nada del resto del país y de sus atractivos.

No sé qué ocurrirá a partir de hoy en el Juzgado donde tramitan los expedientes que mencionara más arriba, pero, claro, algo hay que hacer para paliar esta situación. Ud. que está más cerca, no querrá preguntar en la SEPI si no desean remitir los fondos que hacen falta para que AA funcione correctamente (en ese caso, pídales también que remitan gente honesta e idónea).

Sarcasmos aparte -que espero sepa disculpar-, no caben hesitaciones de ninguna naturaleza: ¡algo hay que hacer y pronto!

Ruben Luchinsky

luchinsky@lprabogados.com