Al tiempo, Javier Gómez Navarro insiste en que Joan Rosell tiene que presidir Gas Natural

En periodo electoral, la empresa no se politiza menos, sino más. El pasado martes 8, Javier de Paz, uno de los miembros más destacados de la nueva "beautiful people" de Zapatero, cartero real en las grandes operaciones, y ahora flamante nuevo consejero de Telefónica -no dudó en dimitir de la Presidencia de Mercasa- se reunía con Nicolás Bonilla, el hombre del fondo de capital-riesgo APAX, trenzador de operaciones de compra-venta en Cataluña (y también en Iberia, por ejemplo). En el restaurante Goizeko, uno de los lugares más ‘chic' de Madrid, de los que ahora se denominan, de "comida progresista, es decir, de más de 10 euros el cubierto por persona".

Al mismo tiempo, el otro nombramiento del Consejo de Telefónica, Manuel Pizarro, el del PP, es tentado por el partido para ocupar un lugar en sus listas. Es más, Pizarro es uno de los candidatos a dirigir la economía en el caso de que el PP gane las elecciones -que por ahora las pierde-, tras salir de Endesa con el aplauso de toda la masa accionarial.

Pero los empresarios también sufren el acoso político por otras vías. Otro de los mensajeros empresariales de la Moncloa, Javier Gómez Navarro, ex ministro de Felipe González y presidente del Consejo Superior de Cámaras de Comercio, que sigue dando la matraca para que el futuro presidente de Gas Natural sea su amigo Joan Rosell, a lo que no gusta a ninguno de los dos accionistas principales de GN, Repsol y La Caixa.

El empeño de Gómez Navarro viene marcado porque todo el mundo sabe que, alrededor de Gas Natural va a girar la reconversión del sector energético y quiere tener en él al presidente de la Patronal catalana, la patronal más próxima al PSOE.