Sr. Director:

Cualquier persona con un mínimo de formación e información sabe valorar adecuadamente la aportación del cristianismo a la sociedad, a lo largo de la historia.

Los valores cristianos han modelado, en gran medida, la civilización europea. Determinadas conquistas históricas y sociales han sido posibles gracias a la evangelización de la cultura llevada a cabo por el cristianismo en Europa, a lo largo de los siglos. ¿No son los derechos humanos, la seguridad social y la sanidad pública, los delitos tipificados contra la vida, el concepto de reinserción del delincuente, la protección de menores y minusválidos, la exclusión de la venganza propia o de clan, la importancia social de la familia y tantos otros aspectos sociales, artísticos y jurídicos, fruto del poso cristiano de nuestra cultura?

¿No son fruto de las luchas solidarias históricamente protagonizadas muchas veces por los más débiles y oprimidos de la sociedad, asociados contra la injusticia, con plena conciencia de la importancia de la solidaridad? No debemos avergonzarnos de los valores religiosos y morales cristianos (no violencia, dignidad de toda persona, protección de los débiles y enfermos, justicia con los empobrecidos…).

Es irracional e injusto el menosprecio y la persecución moral y mediática que sufre la Iglesia en España, manifestados en los últimos años de forma especialmente intensa. Claro ejemplo de ello ha sido esa especie de "extorsión mediática" que algunos medios y colectivos han realizado contra la Conferencia Episcopal Española, por expresar sus opiniones y sus criterios morales, dirigidos a aquellos que quieran tenerlos en cuenta. Esta actitud sólo se explica desde el resentimiento, la ignorancia y la mala fe.

Jesús Ángel Benítez González

Ana María Lara García

poncemarina@terra.es