Sr. Director:
La noticia de que van a crearse "miles de puestos de trabajo" ha puesto en vilo  a las mujeres españolas que hasta ahora laboraban anónimamente en sus hogares.

Después de tanto insistir en que eran mujeres inactivas y "no trabajadoras" ahora resulta que la vicepresidenta del Gobierno las necesita para poder desarrollar su ley de Dependencia y su ciclo de infantes del 0-3. Volvemos al origen de las cosas: ancianos y niños necesitan ser atendidos y mejor si lo hacen las mujeres.

Es difícil explicar este giro copernicano hacia un colectivo,  tan maltratado socialmente bajo el reducido concepto  de "amas de casa",  que pasa ahora  gracias a las titulaciones gubernalmentales a ser reconocido como "mujeres profesionales". Me resulta imposible entender que de repente tengan un salario, un reconocimiento social, si realizan los cursillitos que se están elaborando, y no lo tengan si siguen realizando el mismo trabajo, con la misma capacidad y experiencia, pero lo realizan con sus hijos y/o sus dependientes....

¿Y cómo van a evaluar la capacidad y la experiencia derrochadas hasta ahora? ¿Harán un estudio personalizado de la calidad y cantidad de hijos en su haber? ¿Se puntuarán los logros  que, gracias en buena medida a su dedicación continua,  han obtenido los miembros de las familias que regentaban estas mujeres? ¿Inspeccionarán las múltiples dependencias que han solventando los ancianos, que han sido protegidos y cuidados por estas féminas en sus hogares?

Me encanta este cambio de planteamiento: las mujeres al poder. Las  madres profesionales, las de dedicación exclusiva, son ahora las necesarias. Las hijas que han cuidado a sus padres en los momentos duros de sus vidas a costa muchas veces de sus "éxitos profesionales", son ahora las que aparecen en los titulares de los periódicos: se buscan, se necesitan.

Porque el verdadero poder es ese, el verdadero éxito, el de cuidar de los demás desde que nacen hasta que mueren, tal vez merecen un salario, tal vez estas "profesionales" merecen que se reconozca su derecho a elegir dónde-cómo-cuando  y con quién trabajar en igualdad de oportunidades....  

Las mujeres ahora podremos decidir, parece que hijos y ancianos van a seguir necesitándonos, y ahora se va a reconocer esto como "trabajo", y la señora presidenta seguro que no nos discrimina si los del 0-3 y los dependientes son de nuestra propia sangre ¿verdad?

Pilar Pérez Rodríguez

pilar.perez.rodriguez@gmail.com