La Iglesia ya es autosuficiente en un 80%
No es fácil hablar del dinero de la Iglesia. Porque la Conferencia Episcopal no es toda la Iglesia. Su presupuesto asciende a 3,5 millones de euros, pero no consolida el presupuesto de las diócesis, que son autónomas, aunque cuentan con un fondo de solidaridad interterritorial. A su vez, cada diócesis cuenta con un fondo de solidaridad interdiocesano que practica la solidaridad entre cada parroquia que a su vez es autónoma financieramente hablando. Y todo esto no debe confundirse con la financiación de los profesores de religión ni con las actividades de las órdenes religiosas ni de las organizaciones católicas.
No obstante, en lo que al presupuesto de las diócesis se refiere, la Iglesia ya es autosuficiente en cerca de un 70%. La mayoría de la financiación proviene de las suscripciones populares y del ‘cepillo'. Igualito que los sindicatos y que los partidos políticos.
Pero es que además, los sueldos de los ministros eclesiásticos es más bien modesto. Según datos del Fondo Común Interdiocesano, un sacerdote gana entre 600 y 800 euros, en función de la diócesis y cotiza a la Seguridad Social por lo mínimo. Y un prelado cobra 900 euros. Todo un mileurista al que el Pepiño Blanco pretende acogotar financieramente. Un brindis al sol, que más parece estrategia electoral que otra cosa. Porque el gobierno sabe muy bien que la Iglesia es un chollo para el Estado y que los números de la Iglesia son ridículos. Por cierto, en la última década la Iglesia ha perdido un 10% de su poder adquisitivo como consecuencia de una actualización de la asignación inferior a la inflación.
Y más: para que la Iglesia hubiera quedado igual que en la situación anterior, habría sido necesario que el porcentaje de asignación tributaria se elevara al 0,8% que –por cierto- existe en Italia, país que copió el modelo español. La Iglesia aceptó el 0,7% por no generar conflictos por motivos económicos. No ha habido pues regalo, sino más bien cicatería por parte del Gobierno.