Sr. Director:
En esta Era Global donde continuamente nos están predicando la importancia de que pensemos y actuemos globalmente, me viene a la memoria lo que pasaba en el mundo en la década de los 80.
La red del Internet no existía. La juventud se divertía plenamente sin necesidad de tantas drogas y pornografía y en general se respiraba una atmósfera mucho mas jovial y esperanzadora.
Las familias seguían las tradiciones del tradicional rito del matrimonio católico. Los repugnantes abortos no podían practicarse legalmente por estos mismos médicos que hoy en día abiertamente lo hacen, pero eso sí, amparados por las leyes de un Gobierno que carece de escrúpulos y ha perdido la decencia y la moral.
La unión entre la Iglesia y el Estado era muy flexible y los ciudadanos de este país reconocíamos esta unión sin reparos. La educación religiosa era también imprescindible, así como el poder practicar nuestra religión católica sin ser condenados o atacados por "estos ateístas y anarquistas" sin control.
La Censura pornográfica era obligatoria. La mayoría estaban de acuerdo con esta decisión gubernamental. En general el mundo de la década de los 80, definitivamente era mucho menos complicado que el mundo donde ahora vivimos.
Hoy en día con esta globalización se está reduciendo el espacio de nuestra existencia.
Las grandes Empresas Mundiales ostentan su poderío en las mayores ciudades del mundo, con rascacielos gigantescos y sin embargo tienen a sus empleados trabajando en espacios cúbicos limitados o reducidos.
La familia también se ha convertido en un mundo reducido a consecuencia de disoluciones de numerosos matrimonios que hoy en día obtienen las anulaciones tan fácilmente.
Las familias numerosas no existen y la procreación esta científicamente planificada.
Nuestra juventud se esta convirtiendo sin darnos cuenta en una continua provocación en contra de las leyes del orden publico así como de las instituciones religiosas. La única ley para estos jóvenes de hoy, es el poderío del dinero, drogas y el libertinaje.
En resumen nuestro mundo en vez de ampliarse con el progreso, se esta reduciendo cada vez más. Los valores religiosos y morales tan importantes para la supervivencia del ser humano también se han reducido y ya poco cuentan en el mundo en que vivimos.
Concepción M. Losada
gavia39@yahoo.com