Y si el PSC de Maragall opera 'federado' con el PSOE de Ferraz, el PSE de Patxi López se encuentra meramente "ligado a la capital del Estado". El socialismo vasco lleva demasiados años fuera del poder de Vitoria y presenta evidentes síntomas de nostalgia. El movimiento es el siguiente: el PSE denuncia que el PNV rechaza un pacto global, mientras el PNV acusa una seria división interna que estallará con la efectiva 'jubilación' de "aitá" Arzalluz.
El debate en el seno del PNV se plantea entre 'moderados' y radicales. Es decir, entre quienes mantienen cierta fidelidad institucional y quienes impacientemente aguardan para la 'construcción nacional' del brazo de los 'moderados' batasunos, que, a su vez, podrían 'bajar del monte' aceptando el Plan Ibarretxe y declarando una nueva tregua trampa. Pero el debate ideológico coincide con uno más primitivo que es el regional: vizcaínos y moderados (Josu Jon Imaz) frente a guipuzcoanos y radicales (Joseba Eguibar). Los primeros han vencido por la mínima en las internas del PNV, pero Eguibar y el 'guipuzcoanismo' no se resisten a perder el poder y denuncian pucherazo. Y es que el odio nunca genera unidad.